miércoles, 3 de febrero de 2010
04 El conejo en la luna
31/01/10 Era domingo como a las 11:30 pm mas o menos ibamos llegando a casa Adrian y yo, como ya tenía sueño ya estaba desvariando (la hora acostumbrada), había luna llena brillando a todo lo que da, mientras nos estabamos estacionando le digo
Karina: Pobrecito conejo, nunca duerme en las noches
Adrian: Cuál conejo??
Karina: El de la luna
Adrian: Hay un conejo en la luna?, no era un ratón?
Karina: Ratón?? porque un ratón?
Adrian: Porque la luna es de queso
Karina: ¬¬ noo, es un conejo, que no te acuerdas de la leyenda del conejo y la luna?? que el conejo se sacrifica por quetzalcóatl??
Adrian: No, no me engañes, no hay un conejo en la luna!!!
Karina: pues asomate a verlo
Adrian: :O si!, es cierto, hay un conejo en la luna!!!
Karina: aaaay adriansito, solo tu, sooooolo tu
Solo Adrián puede sorprenderme con estas cosas.
Aqui la leyenda por si alguien no la conce
La leyenda cuenta que un día el gran dios maya Quetzalcóatl decidió salir a dar una vuelta por la tierra disfrazado en forma humana. Tras caminar mucho y durante todo el día, a la caída del sol sintió hambre y cansancio, pero sin embargo no se detuvo. Cayó la noche, salieron a brillar las estrellas y se asomó la luna en el horizonte, y ese fue el momento en que el gran Dios decidió tomar asiento a la vera del camino para descansar.
En ello estaba cuando observó que se le acercaba un conejo, que había ido a cenar. Quetzalcóatl le preguntó qué estaba comiendo, y el conejo le respondió que comía zacate, y humildemente le ofreció un poco. Sin embargo, la deidad contestó que él no comía aquello, y que probablemente su fin fuera morir de hambre y de sed. Horrorizado ante tal posibilidad, el conejo se le acercó aún más y le dijo que, por más que él sólo fuera una nimia y pequeña criatura, bien podría servir para satisfacer las necesidades del Dios, y se auto ofreció para ser su alimento.
El corazón de Quetzalcóatl se ensanchó de gozo, y acarició amorosamente a la pequeña criatura. Tomándolo entre sus manos, le dijo que no importaba cuán pequeño fuese, a partir de aquél día todos lo recordarían por aquella acción de ofrecer desinteresadamente su vida para salvar otra. Luego lo levantó alto, tan alto, que la figura del conejo quedó estampada sobre la superficie lunar. Luego volvió a bajarlo cuidadosamente y le mostró aquella imagen suya, retratada para siempre en luz y plata, que quedaría allí por todos los tiempos y para todos los hombres.
viernes, 29 de enero de 2010
03 Ouch!
26/01/10 Lo mas aterrador de que te saquen una muela del juicio, es escuchar el chujido de que la estan safando de tu encia
Ouch, duele mucho :(
